Por fin puedo compartir con todos vosotros nuestra última escapada a Zeanuri, Vizcaya, donde pasamos un fin de semana increíble en una de sus maravillosas cabañas. Un alojamiento que descubrí hace ya unos cuantos meses y que añadí en mi #wishlist por su originalidad y autenticidad. Me pareció un plan super tentador y apetecible para ir en invierno con Fer, así que no dudé en bloquearnos el fin de semana víspera de Nochebuena. Y qué queréis que os diga, ¡estamos deseando volver! Es una experiencia super recomendable para disfrutar en pareja.
En cuanto me sumergí en la página web, Cabañas en los Árboles, me quedé totalmente prendada de las cabañas, de su ubicación, diseño, material y de su entorno con esos preciosos paisajes.
¿Quién no ha soñado alguna vez en su infancia que su padre le hace una cabaña en medio del bosque, en la copa de un árbol, para jugar, contar historias y perder la noción del tiempo con sus hermanos? Seguro que alguna vez se os ha pasado por la cabeza, como a mí, por eso quiero haceros partícipe de esta experiencia tan divertida y real como la vida misma.
Las cabañas están situadas en el Parque Natural de Gorbeia y son 100% rústicas, ecológicas y sostenibles. Están realizadas con madera natural no tratada; el castaño aguanta bien la intemperie y por esta razón lo utilizaron para el revestimiento exterior de las cabañas. Para el suelo, las paredes, el techo y estructuras de las cabañas emplearon el alerce, una madera de bella apariencia por su gran colorido. Las ventanas son de doble cristal, las tejas de alerce con un corte especial para una mejor resistencia para la lluvia, y la terraza y la escalera están personalizadas con ramas de brezo y madroño para integrar la cabaña en su entorno natural.
Nuestra cabaña era la Suite Oooh!, una elegante cabaña redonda sujeta a tres árboles con terraza de 360º y escaleras de caracol. Esta cabaña está a seis metros sobre el suelo y desde ella se puede disfrutar de unas magníficas vistas al bosque, a la sierra y al pueblo de Otxandio. Nuestra cabaña tenía agua corriente, electricidad y WC seco. ¿No os parece increíble? El desayuno estaba incluido y aparte solicitamos la cena de la primera noche. Tanto la cena como el desayuno lo subíamos y bajábamos de la cabaña por medio de una polea, una de las cosas más originales y divertidas de este lugar tan fascinante. ¡Te sientes como en otro mundo!
Nosotros llegamos el viernes por la noche y nada más llegar nos dieron unas linternas para poder localizar nuestra cabaña en medio del bosque. Imaginaros la situación: dos que vienen de Madrid bajándose del coche, cogiendo el equipaje y subiendo la escalera de caracol totalmente a oscuras con una linterna en la cabeza… ¡Fue una escena surrealista y muy divertida! Teníamos la cena esperándonos; Fer ensalada, ternera con verduras y yogur natural con frutos rojos, y yo crema de verduras calentita, ternera con verduras y mousse de chocolate. ¡Fue un auténtico manjar! El resto de comidas las hicimos en Otxandio, el pueblo más cercano a la cabaña.
Si os animáis y decidís vivir esta mágica y romántica experiencia, os recomiendo que paséis también por su spa ecológico en el jardín del caserío, una bañera redonda de madera que se caliente únicamente con leña. ¡Nosotros nos quedamos con las ganas porque había que reservarlo con antelación y estaba todo ocupado!
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